Konrad Brummert, director de la película “No tienes mi voto” y Ex alumno de la promoción IX del colegio San Pedro, nos cuenta a través de una entrevista sobre su experiencia en este gran proyecto cinematográfico y solidario, que tiene como fin ayudar a recaudar fondos para la construcción permanente del Albergue “Casa de Todos”.
¿Qué es lo que más te ha gustado de dirigir esta película?
Lo que más me ha gustado de dirigir esta película ha sido volver a hacer lo que más me gusta: hacer cine. El cine siempre ha sido parte importante de mi vida y poder realizarlo como director me hace muy feliz. Le agradezco a Marcelo Rodríguez por la confianza que me dio de liderar este proyecto; le agradezco a los alumnos por su compromiso inmenso con la historia, por la paciencia en los largos días de rodaje y su continuo apoyo durante todo el proceso; y también le agradezco a mi equipo de producción que realmente hizo una labor enorme por sacar adelante la película superando cada obstáculo que se nos puso en frente. Ha sido increíble trabajar junto con personas tan talentosas y capacitadas en cada área, realmente me hicieron disfrutar el trabajo que se hizo cada día.
2. ¿Qué te ha parecido el trabajo artístico de los alumnos en este proyecto?
Algo que siempre resalto cuando me preguntan sobre el proyecto es el compromiso que tienen los alumnos con su historia. Ellos la ven crecer desde su concepción y al mismo tiempo, crecen como personas junto a ella. Trabajar con un grupo que siente una historia como suya genera sentido de identidad y pertenencia. Y eso hace que todo salga de la mejor manera.
3. ¿Por qué la gente debería ver No tienes mi voto?
Porque detrás del esfuerzo inmenso por parte de todos los involucrados para hacerla posible, se cuenta una historia que refleja muchas cosas de nuestra sociedad. Además, invita a la reflexión sobre varios temas como la amistad y el buen uso del liderazgo.
4. ¿Qué crees que te ha dado el colegio San Pedro para tu vida profesional?
Lo más importante que me dejó el colegio es ser solidario. En mi ámbito profesional suelo trabajar con distintos equipos y no encuentro mayor virtud para uno que estar siempre allí para el otro. Cuando encuentras un grupo que se complementa y es solidario, notas la diferencia en el trato, en la unidad y en el resultado del trabajo.