¡Hoy es un buen día para felicitarnos!

El COVID19 y la cuarentena no dejan de sorprendernos. Cuando parece que la vuelta a la normalidad se asoma, nuestro presidente nos comunica medidas más drásticas y se sigue prolongando el aislamiento. Esta situación nos sigue manteniendo lejos los unos de los otros, lejos de nuestros alumnos, seguimos lejos de nuestro lugar de trabajo, seguimos resistiendo como padres, seguimos luchando cada uno, desde el nuevo rincón laboral: nuestra casa. Lo vale la seguridad nacional, lo vale la seguridad de los nuestros, lo vale la tranquilidad de saber que nuestros alumnos y sus familias estarán sanos, por eso continuamos esforzándonos todos, como un solo equipo.

A pesar que el distanciamiento se hace difícil por lo prolongado que viene siendo y todo lo que ello implica, es importante notar que también nos permite experimentar nuevas vivencias. Considero que son varias, pero me detendré en algunas que me parecen relevantes.

La valoración de la amistad. Nuestros alumnos en Elementary School, aún son pequeños y se encuentran en un proceso de consolidación de lazos de amistad, que muy probablemente duren toda su vida. Este tiempo lejos de sus amigos, los ha invitado a reconocer cuán importante es tener cerca a los amigos, cuán divertida y llevadera es la vida cuando estamos cerca a los amigos.

La valoración a la presencia de sus profesores, a veces la cotidianidad y el cansancio, los lleva a pensar que ya no los necesitan, y estas circunstancias los han hecho notar cuán importante es ver y saber de sus maestras.

No cabe duda alguna que otro punto ganado en esta batalla es el manejo y uso de la tecnología. Esta modalidad ha desafiado a todos a aprender a querer y valorar a los dispositivos que nos ofrezcan conexión segura y efectiva para realizar los pendientes.

Finalmente, el tiempo en familia. Lejos del caos y del funcionamiento del día a día, llega un momento para desconectarnos de los aparatos, un momento para no hacer nada, pero juntos. Para solo reír y aprovechar ese contacto físico que, para los que estamos bajo un mismo techo, sí es posible. Para que llegue ese abrazo sin prisa, ese beso prolongado, esa mirada sostenida. Llega ese momento en donde nos detenemos a ESTAR, estar conectados unos con otros, con nuestro ser al 100%

Esta prolongación del distanciamiento social, nos obliga a todos a reinventarnos constantemente. Nos obliga a amanecer más temprano aun, pudiendo quizá no hacerlo, pero no resulta ser una opción. Hay que organizar la casa, preparar el desayuno, sistematizar a los chicos en sus deberes, acomodar a los chiquitines con juegos que los entretengan por un buen rato, para que uno también pueda sumarse a las responsabilidades laborales, y tratar de sobrevivir en ese intento. Viene siendo duro, muy duro, pero lo estamos logrando.Estamos haciendo lo mejor que podemos. Semana a semana hemos ido mejorando y acomodándonos mejor en casa y, aunque lento pero seguro, vamos armando cada día más el rompecabezas, ansiando pronto poder acabarlo. Por ello, me animo a mencionar que, la actitud con la que los padres vienen acomodando y reacomodando este proceso de acompañamiento en la educación a distancia de sus hijos, es inmensamente valiosa. Son los padres quienes se han dispuesto a entrar en un proceso de ensayo-error. En este proceso han descubierto qué curso conviene empezar antes, con cuál seguir y en qué momento buscar la actividad física, que le viene muy bien a su hijo, pero también muy bien a él porque su trabajo también le pesa. Muchas mamás me comentaban, entre risas y llanto, que la paciencia misma las ha desafiado. Cuando pensaban que la liga estaba a punto de romperse, pues resulta que aun todavía logra seguir estirándose. Como padres estamos siempre comprometidos en reinventarnos para encontrar las mejores formas para hacer que nuestros hijos puedan sacar el mejor provecho a las circunstancias.

Es importante por ello detenernos un segundo, mirar atrás y ver cuánto hemos avanzando, cómo nos hemos acomodado, cuán difícil iba siendo, pero lo vamos logrando. Es importante dar un respiro largo y profundo y felicitarse uno mismo: ¡lo estás haciendo bien! Voltear a un costado y felicitar y agradecer a quien nos acompaña en casa y comparte la responsabilidad de ayudar a los chicos con las actividades de aprendizaje.

Estos días estamos invadidos de tecnología y aunque quisiéramos desconectarnos del celular, este sí sería un buen momento para hacer uso de él. Ingresar al chat y felicitar a las mamás de mi salón, a los papás de los amigos de mi hijo. Decirles que lo estamos haciendo bien, que es importante que sigamos comprometidos, que somos un grupo que se escucha, que se ayuda, que se sostiene y que sobre todo se reconoce y que también sabe cuándo llega el momento de felicitarnos unos a otros. Como Colegio, nosotros estamos infinitamente agradecidos por el apoyo al programa, por los mensajes de aliento, por sus comentarios constantes. Eso nos ayuda a confirmar que somos realmente una comunidad, que estamos unidos, y que todos juntos tenemos el mismo objetivo: formar de manera integral a nuestros chicos. Esta será una experiencia que, seguramente, comentarán el resto de sus vidas. Depende de nosotros cuidar y hacer valioso ese recuerdo.

Finalmente tengo la convicción de que estamos todos en un mismo barco, que vamos navegando mirando el mismo horizonte, y que por más que la marea se ponga alta en la ruta, manteniendo la calma llegaremos contentos a buen puerto.

Nathalia Herrera
Directora de Etapa Elementary School San Pedro

Artículos populares

La convivencia en el contexto escolar

La convivencia en el contexto escolar

Reflexionando acerca de las conductas de algunos estudiantes, un psicólogo muy amigo me dijo una frase que cambió mi perspectiva frente a la interacción entre estudiantes y maestros dentro de la escuela: “el colegio es una mini sociedad para cada uno de los alumnos,...