La familia, soporte en la incertidumbre

La incertidumbre en el Perú actual

En el Perú nos podemos graduar de expertos en incertidumbre, es decir, la falta de certeza sobre lo que pasará en el futuro. Convivimos con la posibilidad de que se hagan realidad diversas amenazas como las relacionadas con nuestra salud y la de nuestra familia, nuestra economía, nuestro bienestar en general y desde hace poco vemos amenazada nuestra esperanza de tener un sistema político que nos permita salir de la crisis actual y entrar a la ruta del progreso.

Tolerar la incertidumbre es una de las tareas de la vida porque crecer es asumir y afrontar retos, compromisos y riesgos. En situaciones normales, los enfrentamos teniendo en muchos casos posibilidades de respuesta y márgenes de control de las situaciones, lo que nos da algún grado de seguridad y confianza. Actualmente venimos crónicamente expuestos a muchas situaciones impredecibles y pérdidas que escapan de nuestro control, activan un estado de alerta y generan estrés. Esto conlleva emociones como la ansiedad, dolor, tristeza, frustración, cólera, que a la larga pueden debilitar nuestro sistema inmune y enfermarnos.

En la familia, todos nos vemos afectados y cada uno sufre y sobrelleva este momento que vivimos a su manera. Sin embargo, a su vez ella puede ser un espacio de unión, seguridad, soporte en momentos dolorosos, aprendizaje compartido y también de entretenimiento y alegría. Por eso es importante valorar nuestras experiencias y aprendizajes como familia y fortalecernos, para hacer frente juntos a la incertidumbre, que seguirá acompañándonos.

Ya hay un camino recorrido

En estos tiempos se viene incrementado la conciencia de la importancia que tiene el avanzar en ser más humildes, aceptar nuestras limitaciones, experiencias difíciles y pérdidas, aprender a convivir con ellas y reconocer nuestro limitado margen de control de lo que sucede. Esta actitud nos permite abrirnos y dejar espacio mental para profundizar, apreciar, agradecer y encontrar motivación y sentido en aspectos sencillos pero esenciales en nuestra vida.

Será entonces de mucha utilidad identificar, recoger y potenciar estas experiencias positivas que nos ayudan a sentirnos mejor y nos reconfortan y que muchas veces están vinculadas a la vida en familia. A continuación se encontrarán algunos aspectos importantes a tener en cuenta para ayudar a que la familia
sea un espacio que favorezca la experiencia de unión y seguridad, en medio de la incertidumbre.

  1. Mirada realista:

El miedo y el dolor nos pueden embargar y hacer sentir que es lo único que existe en este momento. Sin embargo, tener una mirada realista no significa enfocarse sólo en los problemas,
sino tener una mirada completa. Un ejercicio muy saludable es detenernos a apreciar lo bueno que nos sucede hoy, por más pequeño que parezca. Así evitamos acostumbrarnos a ello y dejar de
valorarlo. Esto nos lleva naturalmente a agradecer por experiencias como estar
vivo, tener salud y medios para recuperarla si enfermamos, tener un trabajo, un techo, un plato de comida, tener una familia donde a pesar de las dificultades, nos ayudamos, sostenemos, aprendemos y mejoramos. En lo cotidiano podemos compartir esta mirada con nuestros hijos y ayudarlos a que la vayan interiorizando.

  1. Cuidado con las expectativas:

Sabemos que siempre hay luz al final del túnel, pero no sabemos cuándo ni cómo se normalizarán las cosas. Para nosotros y nuestros hijos es saludable no tratar de predecir el futuro y menos adelantarnos catastróficamente. Ayuda más bien, confiar en que juntos, con una mirada realista y con fe y esperanza, iremos encontrando las formas de hacer frente y sobrellevar lo que venga, por más difícil que sea. Por lo pronto ayudará, enfocarse en el futuro inmediato, con metas a corto plazo y sobretodo es recomendable vivir en el ahora, apreciando el presente, lo que tenemos.

  1. La conexión nos fortalece:

Estando en la misma casa podemos estar distantes y fomentar sin querer la experiencia de soledad. Es importante generar la conciencia de que necesitamos momentos de compartir en el mismo tiempo y espacio, con conexión humana real. Es necesario cuidar ciertos momentos, según la realidad de cada familia, que favorezcan el estar juntos, la comunicación y la escucha. Algunos ejemplos son: compartir alimentos, hacer sobremesa, compartir tareas de la casa, jugar, bailar, cantar, hacer caminatas. Muy importante también son las iniciativas de amabilidad hacia otros y la conexión afectiva en cuanto a contacto, como darse diariamente un abrazo, así sea de 10 segundos y otras formas de darse cariño. Algunas de estas actitudes se pueden extender, así sea de manera virtual, hacia familiares y amigos y así mantenernos conectados.

  1. Dar espacio a la expresión de emociones:

fomentar la conexión nos facilitará una comunicación más profunda donde podremos compartir las diferentes emociones que todos podemos ir guardando y acumulando. Ayuda que los padres, con
prudencia, tomen la iniciativa y sean ejemplo de esto. En situaciones normales se pueden buscar diversas formas de ayudar a que el diálogo fluya. Una de ellas puede ser una especie de juego, donde cada uno habla de lo bueno y lo no tan bueno que le ha pasado y cómo se siente en relación a eso. En situaciones dolorosas diversas y especialmente las asociadas a enfermedad o pérdidas de familiares o amigos, se necesita
mucha cercanía y acompañamiento y eventualmente una ayuda profesional para facilitar los procesos de duelo.

  1. Acuerdos ante el posible desborde emocional:

Enfrentamos muchas situaciones estresantes que nos dificultan regular las emociones y mantener la calma. Es importante buscar evitar el conflicto, las peleas y agresiones. En ocasiones ayuda tener acuerdos de comunicarse en forma asertiva, describiendo el parecer y sentir de uno en vez de juzgar. Otro acuerdo puede ser postergar la discusión y alejarse hasta recuperar la calma. Puede ayudar el irse a otra habitación y respirar profundamente 10 o 20 veces, mientras se cuenta cada una. Si el conflicto no se pudo evitar, siempre existirán el diálogo y el perdón.

  1. Estilo de vida saludable:

Será muy importante cuidar hábitos básicos de salud que equilibran nuestra química cerebral, favoreciendo emociones positivas y agradables y permitiendo un mejor balance emocional. Estos son por ejemplo el buen sueño y alimentación, hacer ejercicio de manera frecuente, el contacto con la naturaleza, hacer caminatas al aire libre, limitar las malas noticias. Además otras actividades muy recomendables para el mismo objetivo son: hacer frecuentemente ejercicios de respiración, meditar, hacer yoga, cultivar el arte, la lectura y tener hobbies. En el caso de los hijos es importante regular el tiempo dedicado a las pantallas para poder cultivar estos hábitos. Pueden encontrar algunos recursos relacionados con este punto en:

https://concienciayahora.blogspot.com/
Spotify: Radical Habits.

Sandro Del Negro
Psicólogo de Upper School San Pedro

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