Las maestras de inicial siempre hacemos incapié en la importancia de iniciar los aprendizajes en edad temprana. No, no es simplemente por fomentar nuestro trabajo. Esos “simples juegos” que ves en una clase de inicial son parte importantísima para el futuro de tu hijo y el éxito en su aprendizaje posterior. En este artículo intentaremos responder las siguientes preguntas:
- ¿Cómo se desarrolla el cerebro en edades tempranas?
- ¿Qué son las sinapsis y por qué son tan importantes?
- ¿Sabías que hay “ventanas de oportunidades” de aprendizaje que tu niño no se debe perder?
Hace poco tiempo se pensaba que el cerebro humano, a determinada edad, dejaba de cambiar y aprender. Hoy se ha demostrado que el cerebro sigue cambiando. Pero lo que también se ha demostrado es que la plasticidad que tiene en las primeras edades no tiene punto de comparación con la plasticidad que tendrá más adelante. Ahí radica la importancia de los aprendizajes tempranos.
Todos los adultos tenemos la capacidad de seguir aprendiendo, pero nos va a costar más que a un niño pequeño, quien tiene su cerebro mucho más plástico. La cantidad de sinapsis que se producen en los primeros 6 meses de vida son impresionantes.
Una sinapsis es una conexión entre dos neuronas, caracterizada por la presencia de un pequeño espacio que sirve de vía para la transmisión de la información (1). Estas sinapsis se dan en cada una de las experiencias de vida que tienen nuestros pequeños. A mayor cantidad de sinapsis, mayor cantidad de aprendizajes
¿Sabes cuántas sinapsis se producen en los primeros 6 meses de vida de los niños?
¡Un millón de sinapsis por segundo!
De allí la importancia de aprovechar los primeros años y ofrecer las herramientas para evolucionar y empezar a sembrar. Es decir, a poner los cimientos de este futuro adulto que es el niño.
Un niño en situación de desprotección tendrá menos sinapsis que un niño amado o estimulado lo suficiente y con una familia. La arquitectura básica del cerebro se construye poco a poco desde el nacimiento. No hay aprendizaje si no hay sinapsis: si no hay comunicación entre las neuronas.
De ahí entendemos por qué a veces a los niños les gusta tanto repetir lo mismo una y otra vez ¿Se han dado cuenta que sus pequeños quieren ver la misma película muchas veces?
Actualmente, gracias a la tecnología se puede saber exactamente cómo funciona y actúa el cerebro del niño, cómo se enciende y qué es lo que sucede dentro del cerebro.
Hay momentos en la vida del niño que se llaman “Ventanas de oportunidades”. Otros autores los han llamado “Periodos Sensibles”; en que el cerebro está mucho más abierto para recoger una información determinada: “Estímulo adecuado en el momento oportuno”.
¿Qué pasa si el niño no recibe el estímulo en el momento oportuno? Lo va a coger, pero este aprendizaje no será de tan buena calidad.
La ventana de oportunidades aparece en las edades tempranas. Allí se siembra la semilla para que luego se produzca la explosión de aprendizajes.
¿Cuáles son los momentos cúspide de las ventanas de oportunidades?:
- Vista y oído: de 0 a 3 meses
- Desarrollo del lenguaje: 5 – 10 meses
- Funciones cognitivas superiores: 1 – 4 años (se prolonga hasta los 16 años) (2)
En resumen podemos decir que:
- La mayoría de aprendizajes y conexiones neuronales alcanzan su momento cúspide entre el nacimiento y los 4 años de edad.
- A mayor cantidad de experiencias en edad temprana, mayor aprendizaje adquirirá el niño.
- Los aprendizajes tempranos deben ser guiados por profesionales que conocen detalladamente el desarrollo del niño, lo que permitirá que potencie al máximo cada una de sus habilidades.
Por eso, la vida no es esperar que pase la tormenta, es aprender a bailar bajo la lluvia. Qué importante es que nuestros hijos, con todas las tormentas que les quedan por vivir, puedan aprender a bailar bajo la lluvia ¡Y qué mejor que lo hagan desde muy pequeñitos!
- Santiago Ramón y Cajal. Histología del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados
- Nelson C. From neuron to neigborhoods. 2000
Ursula Gildemeister
Asesora pedagógica de los colegios Villa Caritas y San Pedro