A nuestros alumnos les enseñamos que para vivir en armonía es indispensable cinco elementos: autoestima, respeto, empatía, llegar a acuerdos y asertividad.
¿En cuarentena es posible convivir armónicamente? Estos cinco elementos tienen vigencia en cualquier circunstancia, incluso en cuarentena.
1.Autoestima
El ser humano es la creación más valiosa de Dios, por ello la vida está por encima de todo y se defiende en cualquier circunstancia. Nuestros hijos deben comprender que estas medidas extremas se hacen para cuidar nuestra vida y la vida de los demás.
A pesar de poner nuestro mayor esfuerzo en este tiempo, es natural que de vez en cuando la frustración e impaciencia nos invadan. Validemos nuestras emociones, conversemos sobre ellas. Preguntemos a nuestros hijos qué piensan, qué sienten, etc. Por supuesto que podemos sentirnos tristes, agobiados, ansiosos y bajoneados, pero el reto diario será descubrir formas de sentirnos mejor. Leer, bailar, cocinar, pintar, escuchar música, ordenar, hacer ejercicios de respiración, armar rompecabezas, etc. Cada uno puede conocer qué le hace sentir mejor.
Está comprobado que ejercitarnos nos ayuda a mantener en forma no solo nuestro cuerpo y mente, sin nuestro estado de ánimo.
Hagamos ejercicio, todos necesitamos movernos, pero nuestros niños de una manera especial.
2.Respeto
Cada miembro de la familia vive el proceso de la cuarentena de una manera particular. Es necesario respetar las diferencias. Respetemos a nuestros niños, ellos también están procesando todo esto, a su manera, pero lo están haciendo. A nuestros niños hay que hablarles con la verdad, pero por favor no los expongamos a una sobreinformación de noticias negativas.
Recuerden que los niños hablan a través de su comportamiento. Es un tiempo para observarlos mucho y disfrutar de su maravillosa espontaneidad y alegría.
Dejen que los chicos saquen aquellos juguetes que no veían hace tiempo, que miren fotos de cuando eran más pequeños, que usen la mesa del comedor para jugar ping pong, etc. Es importante que ellos perciban que sus papás en una coyuntura diferente saben adecuarse y hacer cosas diferentes también.
3.Acuerdos
Les recomiendo conversar en familia y llegar a pocos acuerdos, pero los indispensables para funcionar como equipo. Involucren a los chicos en las tareas cotidianas: poner la mesa, ordenar el cuarto, acordar turnos para el uso de las computadoras, etc.
4.Empatía
Nuestros hijos son afortunados, tienen una familia, un lugar donde estar, qué comer. Ellos deben saber que su realidad no es la única. Que hay personas que en estos momentos la tienen mucho más difícil. Aprovechemos este tiempo para conversar en familia sobre todas las personas que no pueden quedarse en casa y nos cuidan desde fuera. Recemos por los fallecidos y sus familias. Sembremos en nuestros hijos la delicadeza e inquietud de pensar en nuestro prójimo. Y enseñémosles a ser agradecidos; la gratitud casi siempre acompaña a las personas más felices.
5.Asertividad
Es momento de pensar mucho antes de hablar y actuar. No discutamos por aquello que no vale la pena. Elijan bien sus batallas. Suelo motivar a los padres a que tengan una rutina estructurada dentro de casa porque eso brinda seguridad y confianza, pero en esta coyuntura debemos flexibilizar un poco nuestros días. Ya el no poder salir es una estructura rígida que estamos viviendo día a día, pienso que al interior de nuestros hogares podríamos tener estructuras más flexibles y lúdicas para lograr nuestros objetivos.
Si las tareas de los chicos nos estresan o no sabemos cómo guiarlos, apoyémonos en los profesores para explicarles nuestra situación, ellos sabrán comprender. Es un buen momento para desarrollar vínculos entre maestros y padres basados en la confianza y la empatía.
No nos asustemos de los tiempos “muertos”. Está comprobado que estos tiempos son buenos aliados para despertar la creatividad y nos enseñan a mirar hacia dentro.
No es un buen momento para exigir ni criticar, tantos días juntos hace que estemos más irritables y sensibles; por el contrario es un buen momento para felicitarnos y apoyarnos.
He leído muchos artículos de cómo hacer que esta cuarentena sea más llevadera. Considero que cada familia es un mundo, cada una tiene una historia, estilo, necesidades diferentes. Estoy segura de que ustedes como padres sabrán reconocer los recursos de cada uno de sus hijos y los suyos también. Ustedes sabrán qué es lo mejor para sus familias. Confíen en su rol de padres, guías y acompañantes amorosos de sus hijos y recuerden que en los momentos difíciles Dios está con nosotros de una manera especial. Que esta pausa obligada nos traiga nuevos aprendizajes, haga que nuestras familias se fortalezcan y sea una oportunidad de crecer como comunidad.
Esther Medina
Docente y Terapeuta Familiar Colegio San Pedro